«Esque el dólar!!»

febrero 27, 2009

La primera de tres historias que les quiero contar hoy tuvo lugar por allá del ’95, cuando de la noche a la mañana el dólar americano subió de 3 pesos a 10.
Sucede que mi mamá y yo regresábamos del supermercado un día cuando nos tocó la luz roja en un semáforo. En eso se aproximó un señor de esos que venden bolsitas de fruta – tomate, naranja, la verdad no recuerdo – para intentar vendernos una. «ándele, joven, solo 15 pesitos», dijo el señor. Siendo que veníamos precisamente de comprar frutas y verduras (entre otras cosas), no iba a realizar ninguna venta conmigo. Pero me llamó la atención el elevado precio de su mercancía. Acabábamos de comprar precisamente el producto que el señor nos ofrecía, y no recordaba haber pagado 15 pesos por él. Más bien como 4 o 5 pesos.
Si bien no le iba a comprar nada al señor, tuve a bien preguntarle el porqué del elevado precio de su mercancía, a lo que el señor dijo «pos esque ya subió el dólar». Como si el señor tuviera licencia para importar frutas y verduras. Mi mamá y yo nos quedamos viendo, y ya que aceleré nos reímos del asunto.

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Más recientemente, sucedieron dos cosas. Específicamente, en las últimas dos semanas. Ahora que una vez más el mundo está enfrascado en una crisis económica, hay dos tipos de mentalidad acerca de cómo enfrentarla: hay empresas que ofrecen ventajas y beneficios para no perder ventas (no hablo de que les importen mucho sus clientes – eso casi jamás sucede); y por el contrario hay empresas que deciden elevar sus costos y ponerse a la defensiva para tratar de justificar sus precios.

Mi segunda historia tiene que ver con aerolíneas. Como lo expresé hace unos días, mi ex-esposa parece no darse cuenta de que las cosas están difíciles en todos lados. Pero lo están. Si no, ya tendría a mi vieja aqui conmigo. Pero no se ha podido, aunque se sigue haciendo la lucha. Total, he estado buscando vuelos de Monterrey a Toronto. La idea es que mi hermana me haga el favor de prestarme su tarjeta de crédito, y yo írselo pagando poco a poco. De mi familia, yo creoq ue solo dos de mis hermanas son capaces de echar la mano. Bueno, y yo, cuando puedo.
Total, resulta que a partir del 2 de marzo del 2009 Aeroméxico inicia un vuelo diario a Toronto. Hasta ahorita solo Mexicana lo hacía.
NOTA: Por cuestiones migratorias, mi vieja no puede hacer escala en los Estados Unidos. De ahí que solo tengamos esas dos opciones.
Pues un buen día me llevé la sorpresa de que en Aeroméxico encontré un vuelo en 4,500 pesos. De inmediato lo reservé, pero me di cuenta que para hacer la compra por internet era necesario estar ubicado en México o en los EEUU. El recurso de mi hermana se perdió. Hice lo que pude, tratando de hablar con la familia, pero debí suponer que eran incapaces de hacer un favor. Se perdió la reservación, y al checar el mismo vuelo, ya costaba arriba de 12 mil pesos. Mi vieja habló a Aeroméxico, y su respuesta fue tambien «que el dólar».
Y sí, lo entiendo. El dólar está carísimo. Pero no el triple, que no mamen. Asi que al aprecer, seguiremos contando con Mexicana. Uno pensaría que con competencia, los precios se pondrían más «competitivos», pero no.

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La tercera y última historia: En enero del 2008 compré un dominio de internet por un año. De pronto se venció, y ya estando yo en Canadá le pedí a mi vieja que me lo renovara. Al no tener el dinero inmediatamente, hablamos con mi host (me debían una, como quien dice) para que me dejaran pagar en febrero.
Que sí, que no había problema. El detalle es que lo que sí necesitaban era lo del dominio, porque como el dólar estaba muy volátil, no sabían a cuanto iba a estar en febrero.
Para no hacerles el cuento largo, en febrero mandé el dinero, pero para mi pinche suerte el dominio ya lo había registrado algún hijo de puta. Así que por lo pronto, ya me chingué, como dicen. Y todo por una pendejada. Supongamos que el dólar sí está volátil. Pero que hubiera pasado si esta gente tuviera un poco de interés en pensar? Veamos. Utilizaré cifras ficticias, nadamas como ilustración. En enero el dólar está a 14.50. Compran el dominio, y terminan pagando, digamos, 10 dólares, o 145.00 pesos. Para febrero el dolar está a 15. Llega mi vieja a pagar, y le dicen «fueron 10 dólares, dejame ver, van a ser 150.00 pesos». Tiene lógica, no? O que hubiera sucedido lo contrario… que el dólar hubiera bajado, digamos a 12 pesos. En lugar de decir «bueno, fueron 10 dolares, serían 120 pesos», lo cual no les convendría, podrían haber dicho «bueno, van a ser 145.00 pesos, porque asi estaba el dólar cuando compramos el dominio». Ellos no hubieran perdido absolutamente nada. Yo no hubiera perdido mi dominio, y tanto trabajo que me costó armar todo lo relacionado con mi sitio web. Pero no! Tenían que echarle la culpa al dólar.

Y es así como todo el mundo le echa la culpa al dólar. Desde los vendedores ambulantes hasta las aerolíneas mas grandes de México, pasando por pequeñas y medianas empresas.
Y si todo depende del chingado dólar, porqué no hacemos una cosa? Cambiamos el día de la Independencia de México, del 15 de Septiembre al 4 de julio… tiene lógica, no? Sí, México se independizó de España, pero así que ustedes digan «uuuy! que independiente!», pues no.

Me deben 5 pesos por haber leído esto. Esque el dólar!!

The Iceberg


Criaturitas de Dios

febrero 26, 2009

Nadamas de estar buscando las imágenes para este post, tengo ñáñaras, como dirían los Polivoces. Tengo escalofríos y siento que me pasan animales por todo el cuerpo.
Una de mis principales fobias es la que siento por las malditas arañas. Pero en sí, cualquier animal feo me caga. Sobre todo, si no se trata de un mamífero o de un ave… o un pez. Vaya, no es que quisiera toparme de frente con una, pero las víboras no me molestan tanto. O sea, puedo verlas en fotos, documentales y hasta en vivo (siempre y cuando estén en un ambiente controlado).

Pero pónganme una foto así:

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y me convierto en una marica. Y no es para menos. Mientras que solo es un cangrejo, su tamaño y su apariencia me hacen pensar en alguna criatura de H.P. Lovecraft.

Wisi, wisi araña…
Imagínense llegar un día a su casa y encontrar esto:

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En lo personal, yo me saldría de la casa. Me iría al cuartel militar más cercano, me robaría un lanzallamas, y le prendería fuego a mi casa. La persona que se encontró esto en la vida real, sin embargo, no solo tuvo la sangre fría para sacar su cámara y retratar las patitas que se asoman de detrás del reloj. No, todavía fue más allá y quitó el reloj para retratar a la dueña de las patitas:

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Por supuesto, el encontrar esto en mi auto me convertiría en peatón de por vida:

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«Pero Iceberg! Exageras! Las aráñas son muy benéficas para la naturaleza!», Dirán algunos de ustedes. «Solo comen insectitos!»
INSECTOS?

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ESO LES PARECE UN INSECTO? Es una lagartija! Las lagrtijas no son insectos!

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MIREN! Un insecto con plumas! Oh, no es verdad, es un pájaro!
Chingado, ya no aguanto los escalofríos. Cada vez que me roza la ropa o el pelo me paro corriendo a sacudirme.

A esta mierda no le veo forma. Es una, o son dos? Y PORQUE LAS ESTAN AGARRANDO!?

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Que bueno que no estoy en Irak. Y no por la guerra, la verdad prefiero participar en un conflicto bélico que estar a 100 kms de una chingadera de esas.

Y bueno, todas esas imágenes ya me tienen a punto de correr. En serio, tengo pánico. Pero falta una, la peor de todas. Si yo entrara a mi casa y viera esto, no haría nada. Me quedaría parado. Muy seguramente me daría un infarto. O saldría corriendo y me iría a vivir a la Antártida, donde sé que no hay cosas así.

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No, cual antártida. Me suicidaría en ese instante.

Por último, alguien explíqueme:

QUE CHINGADOS ES ESTO?

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Creo que no voy a volver a conciliar el sueño hasta dentro de un par de semanas. Pero al menos vencí mi fobia y terminé este post. Espero no haberles arruinado la vida.
Y luego se preguntan porqué no me «acerco a Dios». He aqui una de las respuestas.

The Iceberg


…pero YO soy el egoista y chantajista!

febrero 23, 2009

No recuerdo si ya he comentado aquí la situación con mi ex-esposa. Digamos que no es de lo más cordial. Y no es que pretenda insultarla, o entrar en controversias. Solo les ofrezco mi punto de vista.

Durante mucho tiempo le estuve mandando dinero para cubrir «lo que me corresponde», «mis obligaciones de padre». Ah, cómo le encantan esas dos frases. De pronto el mundo entró en crisis, y no pretendo decir que soy el único afectado. Como le expliqué a ella en nuestra mas reciente conversación, es una crisis mundial.
Gracias a dicha crisis, he incumplido en los últimos dos meses en cuanto a mandarle dinero. Lo se, lo admito, y la verdad es algo que me estresa. Pero no ha sido por desobligado, no es que esté utilizando ese dinero para irme de parranda. Ese dinero, simplemente, no existe. Por eso no se lo mando, porque no lo tengo. Un concepto simple, no?

Pues para ella no, aparentemente. Hoy me escribió por MSN para preguntarme de manera congruente y civilizada reclamarme. Tuvimos una conversación de no mas de 5 minutos. Gracias a las maravillas del botón PrtScr en mi teclado, les puedo presentar la imagen que capturé de lo que yo creo que es el clímax de la conversación. Porque si nadamas digo algo, luego no me creen y dicen que ablo por ardido. Véanlo ustedes mismos.

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Veamos. El ser víctima de una crisis económica mundial me hace egoísta y chantajista. Empecemos por «egoísta».

Sí, en ocasiones tiendo a ser egoísta. Chingado, quién no lo es? Nadie más va a ver por mi. Pero la definición que ella le da a mi egoísmo es «no hago su santa voluntad todo el tiempo». Para ella, soy egoísta porque quiero hablar por telefono con mi hija. Aunque sea una vez al mes.

En cuanto a «chantajista», no obstante que a los 30 segundos de haberme calificado de tal se dio una mordidota en la lengua, solo en una ocasión la «chantajeé». Cuando le mandé el dinero de noviembre (nota: ya se lo había enviado) le dije que a cambio de darle el número de envío me diera el número de teléfono de su casa. Si, increíble como parece, no me da siquiera el número de teléfono de su casa. Pero recuerden que YO soy el egoísta.
Cuando ella considera que «ya me tardé» en mandarle dinero, a pesar de que sabe que me pagan los jueves, siempre me chantajea advierte que me olvide de mi hija. Pero YO soy el chantajista.

Ahora, me amenaza con que ya no vuelvo a ver a mi hija. Obviamente es una decisión desinteresada de su parte, está pensando en el bienestar de mi hija y no en el suyo propio. Porque ella jamás haría algo tan egoísta. No?

Como la ven?

The Iceberg


Inexplicable

febrero 22, 2009

Tengo una mujer que me ama.
Tengo una hija hermosa.
Tengo un refrigerador atascado de cerveza.
Tengo 4 cajetillas de cigarros (suficiente para una semana y media, al menos).
Mi equipo de futbol, el Puebla, acaba de golear al sublider.
Tengo 3 dias encontrando tutoriales de cosas que me fascinan, como el diseño en Photoshop.
Tengo, entre audio y video, mas de 700 canales en la TV.
He bajado, en promedio, dos libras de peso a la semana. Ahorita peso 182 (con ropa).
Acabo de descubrir un show muy bueno de un comediante en Youtube.
Fui a comer a mi buffet favorito con mi cuñado.
Acabo de bajar no solo la cancion, sino todo el album de una cosa que escuché hace como 4 meses en Sirius.
Por fin eliminé un virus que me estaba dando lata en la computadora.
Sin ser realmente atractivo, no veo un adefesio en el espejo.
En teoría, no podrían prescindir de mi en mi trabajo.
Gracias a mi webcam, he podido ver a parte de mi familia que todavia esta en Mexico.
Sé cocinar, dificilmente me quejo de uno de mis platillos.
Puedo escoger entre miles de archivos de audio para escuchar cuando salgo de la casa. Además, puedo elegir entre tres aparatos en cuales escucharlos.
He estado productivo este fin de semana, en cuanto a lavar ropa, recoger la casa…
He estado en Londres, Teotihuacán, Chichén Itzá, Cancún y la CN Tower de Toronto.
Dificilmente he perdido amistades «por mi culpa».
Puedo discutir, a favor o en contra, inteligentemente. Tengo cultura.
Tengo buena caligrafía.
Pertenezco a un club tan exclusivo, que yo soy el único miembro.

Sin embargo, si alguien me hiciera la pregunta «eres feliz?», respondería poniendo mi cara más seria. Agacharía la cabeza. Cerraría los ojos. Y, desde lo más gutural de mi garganta, exclamaría lo siguiente:

«No».

The Iceberg


Don Zeferino

febrero 15, 2009

Una de mis anécdotas favoritas de Don Zeferino tuvo lugar en una celebración familiar, si no recuerdo mal en los quince años de Marifer. Estábamos todos invitados, incluso nosotros. Los amigos, los borrachos de siempre. Don Zeferino jamás nos cerró las puertas de su casa. En plena fiesta, uno de los amigos ya se encontraba pedo, y con la lengua más suelta que de costumbre. En eso se topó con el dueño de la casa; el papá de la quinceañera; con el señor Zeferino.
«Don Zeferino», le digo el amigo borracho.
«No soy Don, nadamás Zeferino», contestó el señor.
«Me vale madre, usted es Don Zeferino», respondió el amigo.

Tenía razón, mi amigo. «Don» es una palabra, un prefijo que se agrega al nombre de una persona respetable. Don Zeferino siempre fue una persona respetable. Amable con los amigos de sus hijos. Más que amable. No era de los que dicen buenas noches y se excusan. Nunca hubo un silencio incómodo. Ya fuera una conversación inteligente, o una sarta de chascarrillos, siempre era grato convivir con él.

Don Zeferino falleció hoy. Ivan me acaba de avisar.

La última vez que lo vi no fue la última vez que lo hubiera querido ver. Y es lo malo de la vida. A veces hacemos, o dejamos de hacer cosas. Por muy buena que sea una intención, jamás basta con tenerla. Hay que actuar, y la moraleja hoy es que hay que actuar siempre que se puede. No dejarlo para después.
Este último viaje que hice me dejó con ganas de hacer muchas cosas. Entre ellas, pasar a saludar a los papás de mis amigos, José, Ivan y Marifer. No solo a ellos, a mucha gente. Y me estoy pateando en este momento.

Don Zeferino y Doña Angelina son del tipo de persona que uno desearía fuera el modelo del resto del mundo. Yo tuve mis etapas. Nada grave, pero el andar de rebeldito. El andar haciendo pendejada y media por la vida. Y cuando en mi propia casa me sentía incomprendido, tenía como consuelo que ellos me recibían en su casa. Fue una época extraña, en lo personal. Los momentos en los que uno se da cuenta que cuenta más con otra gente que con su propia familia. Los papás de mis amigos pudieron haber corrido de su casa a alguien como yo. Pero no lo hicieron. Por el contrario, siempre me he sentido bien recibido en su casa. Y siento que nunca he sabido agradecerlo. Pero no por ingrato. Es gente por quien yo daría lo que fuera.

Es muy chingón que un amigo te diga «eres como mi hermano». No me ha sucedido muchas veces, pero tanto José como Ivan me lo han hecho saber. Y son correspondidos al 150%. Pero es más chingón todavia, quizá porque esto trasciende amistades, que un amigo te diga «eres como un hijo para mis papás».

Me siento invadido de impotencia. Ivan me avisó hace ratito que Don Zeferino ya no está. No tengo como comunicarme con ellos – o mas bien no deseo interrumpirlos en este momento – pero quisiera hablar con ellos. Quisiera llorar a su lado. Estar con ellos. Y estoy con ellos, pero a 3000 kilometros como les ofrezco un abrazo? Como les hago saber que no es solo un pésame de cortesía, sino que a mi también me duele?

Espero que estén bien, y que encuentren pronto la resignación. Que estén unidos y se den fuerza, como familia. Yo desde acá les ofrezco mi fuerza y mi apoyo. Y saben que?

A mi tambien me vale madre. Es DON Zeferino.

The Iceberg.


San Valentín…

febrero 14, 2009

Para la mayoría de la gente, hoy 14 de febrero es el «Día del Amor y la Amistad». ¡Qué bonito y que romántico!

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Para mí, sin embargo, es un dia común y corriente. Al igual que el día de las madres, el día del padre (porqué «madres» en plural, y «padre» en singular?), el día del niño, del compadre, de la secretaria y del perro.

Y no es porque adopte una actitud de esas de que soy muy «cool» y no festejo nada… Simplemente son cosas que prefiero festejar todos los días. Vaya, no necesito esperar al 14 de febrero para hacer algo especial con mi vieja (aunque a ella le encanta esta fecha). Lo puedo hacer cualquier dia del año. De la misma manera, aunque mi mamá ya no está físicamente, no necesito esperar a mayo pra acordarme de ella. Y lo mismo para las demás fechas.

Y, en cuanto a lo de «amistad», bonito me vería diciendole a mis amigos «feliz día!!». Pero ellos saben.

En fin, si tienen con quien celebrar hoy, pues pásensela bien. Y si no, no se preocupen. Es solo un dia común y corriente. Técnicamente, solo es un santo más en el santoral. La connotación romántica y todo lo demás fue prefabricada, así que no hay de que preocuparse.

The Iceberg.


Lo que siempre me pasa…

febrero 13, 2009

Ya varias veces he hablado de las cosas que suceden en mi vida. No hablo de mi vida cotidiana, ni de mi vida personal, ni nada por el estilo. Hablo de esas pequeñas circunstancias de la vida que parecen repetirse una y otra vez.
Por ejemplo, si tengo un horario de trabajo fijo, procuro tener un horario de sueño fijo. Pero el día (y sólo ese día) que decido desvelarme, o desmañanarme, ah, ese día me piden que me quede horas extras.
Si voy al supermercado, y cada vez veo un producto (que realmente no necesito) que se me antoja, el día que me decido a ir a comprarlo, por supuesto, no hay.
Si voy a la tienda y siempre procuro salir al menos con un dejo de decencia sobre mi apariencia, no pasa nada. Pero el día que me salgo sin peinar, con mis chanclitas Nike (todavía las tengo!) y para acabarla con el zipper abajo, ah! ese día me atiende puro viejonón.
Y así hay mil ejemplos. Entre ayer y antier me pasó otro. Y doble, pa’acabarla.

Verán, mi rutinita mañanera consiste de levantarme a hacer pipí (apuesto que morían por saber eso), encender la computadora, poner café a preparar en la cafetera, y salirme a «desayunar» un cigarrito». Regresando del cigarrito enciendo la TV, busco algo interesante de fondo (noticias, musica… no soy tan quisquilloso). Me preparo mi café y me siento en la computadora. Y me pongo a abrir mis páginas de lectura diaria. Entre ellas están dos blogs: uno de un amigo, y uno de mi primo.
TODOS LOS PINCHES DIAS, por costumbre, abro sus blogs para ver qué nuevas narrativas tienen para el mundo. cuando digo TODOS LOS PINCHES DIAS, no exagero. Es mi rutina, vaya. Y por lo general termino por ver la misma entrada que ya leí como 3 veces. Digamos que no se les da eso de actualizar muy seguido, pero heme ahí, su fiel lector, al pendiente.
Total, antier me moría de ganas de buscar otro tipo de información en internet (no, guey, no de esa… tutoriales de ASP) aparte de ponerme al corriente en un par de tareas domésticas. Así que cuando me senté con mi cafecito frente a la computadora, me dije a mi mismo «nah, ni pa’que abrir los blogs de esos gueyes, al fin que ni escriben». Resistí todo impulso, fui en contra de mi instinto, y me mordí un huevo pero no las abrí. Por supuesto, ya sabrán lo que sucedió… Ayer… cafecito… etc., abrí el blog de mi amigo, y voila! había actualizado su blog. Abrí el blog de mi primo, esperando ver la misma entrada y la misma imagen de un teatro que he visto desde el pinche siete de OCTUBRE del 2008, y voila! también había actualizado su blog.
«Albricias!», me dije a mi mismo. Pero al mismo tiempo, «Que pinche suertecita me cargo!».

En fin, esa era mi anécdota del día.

The Iceberg.


Ignorancia

febrero 10, 2009

No se porque amanecí acordandome de esto, pero es algo que en su momento me llamó la atención.

Nadamás como aclaración, quiero decir que no lo digo en tono de burla, más bien fue algo sorprendente en su momento. Burlarse de la ignorancia de una persona es como burlarse de alguien que está en una silla de ruedas. Burlarse de la estupidez, eso sí me encanta. Pero en esta ocasión no se trata de estupidez, sino de ignorancia.

El 11 de septiembre del 2001 llegó la señora que nos ayudaba en la casa, como cualquier otro día. Pero no se trataba de un día común y corriente. Yo estaba pegado a la televisión viendo como Jorge Berry trataba de dar cuenta de lo que sucedía en los Estados Unidos. Y lo que sucedía no era cualquier cosa. Era el principio de algo. Todos lo sabíamos, y bueno, en gran parte esta crisis económica que estamos viviendo tiene que ver con las decisiones que tomó el gobierno de EEUU a raiz de ese día.
La señora subió a poner orden en las recámaras, más o menos al mismo tiempo en que la televisión transmitía, una y otra vez, la imagen del segundo avión que hizo impacto en el WTC de Nueva York.
Y le enseñé a la señora. «¡Mire!», exclamé. «¡Ya van dos aviones que se estrellan contra edificios en Nueva York! ¿Qué estará pasando?». La señora se quedó viendo la TV, e ignorando quizá la gravedad del asunto, se limitó a hacer un comentario, que nada que ver con lo que sucedía.

«Se ve que está haciendo frío allá».

Acto seguido, se fue a la recámara de mi hija a recoger la ropa.

The Iceberg.


Cómo crear un tono para el iPhone (un servicio a la comunidad)

febrero 5, 2009

Así que tienes un iPhone. Como te habrás dado cuenta, en lo que respecta a elegir un tonito para tu timbre no existe gran variedad. Además, tú siempre soñaste con tener de tono la canción de «Piquito de Pollo», por alguna razón. O utra canción, o cualquier archivo de audio.
Te metes al iTunes, e intentas comprar un tono. No existe el que quieres, y el inventario que tienen te lo quieren vender muy caro. O no tienes tarjeta de crédito. La frustración crece. «Chingado! Es mucho pedir mi tonito de «Piquito de Pollo!?», exclamas con la voz temblorosa y los ojos a punto de estallar en lágrimas.

Afortunadamente, te encontraste con este blog momentos antes de redactar tu recado póstumo. Aquí te voy a decir cómo puedes crear tu propio tono. Es más fácil de lo que parece. He aquí los pasos:

PASO 1.
En el primer paso puedes hacer una de dos cosas.
Si tienes algún editor de audio (te recomiendo el CoolEditPro, por fácil de usar), edita tu clip exactamente como lo quieres. Nadamás que no pase de 30 segundos. Es un tono, no un remix, OK?
Si no tienes editor de audio, no te aflijas. Simplemente abre tu iTunes y crea un nuevo «playlist». Haz una copia de tu cancioncita (sí, una copia – recuerda que la vas a cortar a 30 segundos). Pícale con el botón derecho a esta copia y dale a «Get Info». Ahi puedes cambiar el inicio y el fin del clip que quieres crear.

PASO 2.
Dale otra vez con el botón derecho al archivo, y busca la opción «convertir selección a AAC».  Conviértelo, obviamente.

PASO 3.
Arrastra el archivo nuevo (el .AAC) al escritorio. Una vez ahi, busca la manera (hay muchas opciones, no se a cual estés acostumbrado) de cambiar el nombre del archivo. El nombre, obviamente, no importa. Lo que queremos cambiar es la extensión.
Si no sabes lo que es una extensión, párate, ve a la puerta mas cercana. Mete la cabeza entre la puerta y el marco, y azota la puerta un par de veces. La extensión, si has seguido los pasos correctamente, es (.m4a) (sin el paréntesis). La vas a cambiar a (.m4r) (otra vez, sin el paréntesis).

PASO 4.
Arrastra el archivo de nuevo al iTunes, y listo! Ya tienes tu tonito! Ya nadamás te falta copiarlo a tu teléfono.

PASO 5.
«Sincroniza» tu iPhone en la pestaña de Ringtones.

No está nada difícil, verdad? Y tu que ya te estabas dando por vencido. El único pero es que esto al aprecer no funciona con archivos descargados del iTunes (por aquello de la protección). Pero con cualquier otro emepetrés sí funciona.

Me debes una.

The Iceberg.

PD
No se si los tonitos en formato .m4r funcionen en otro tipo de teléfonos. Si sí, puedes dedicarte a hacerle tonitos a tus amigos. O pedirle a tus amigos que tengan iTunes que te hagan tonitos para el tuyo. Por lo pronto, cuando alguien me llama, escucho el principio de «Raining Blood», de Slayer. Si me tardo en contestar es porque estoy roqueando. Ja!